Título: Te quiero, pero voy a matarte
Autor: Ingrid V. Herrera
Género: Romance
Cosas que debes hacer si tu nombre es Reby Gellar:
1. Por nada del mundo entres en contacto con el agua.
2. No caces gatos.
3. No te enamores del amor de tu vida.
4. No te comas al amor de tu vida.
Y recuerda: Una cosa es «Almorzar té con tu novio» y otra muy diferente es «Almorzarte a tu novio»
Reby no la tiene nada fácil, sobre todo por su linaje. La sangre Gellar corre por sus venas y con ella la extraña condición que la hace convertirse en un mortal felino al contacto con el agua y le impide distinguir entre su corazón y los que ama para hacerles daño.
Víctima de su situación, Reby se ve obligada a vivir sola y desamparada la mayor parte de su vida hasta que decide ir en busca de la familia que le queda, llegando hasta Sebastian. Junto a él y Michael, un chico dispuesto a todo por ayudar, se enfrentarán a una persecución de peligros, garras, maullidos y sentimientos encontrados para desentrañar el misterio de la extraña condición familiar y huir de aquellos que descubren el secreto mejor guardado de la dinastía Gellar.
Todos queremos una historia de amor con alguien que se transforma en un lindo felino, pero estoy segura de que no pensaron en algo como esto. Soy de la idea de que los libros, o sus autores, no se comparan con otros autores más que con sus propias obras antecesoras, y es por ello que mencionaré algunas veces a la precuela de esta historia.
En la reseña de Lo que todo gato quiere me explayé un poco más al respecto, pero una de las principales razones por las que no podía parar de leer esa historia es porque la pluma es muy ligera, y porque la historia en sí era una comedia de principio a fin con todo y sus traspiés, pues me complace decir que la pluma sigue siendo ligera, pero hay más construcción en su historia que en Lo que todo gato quiere lo que fue una enorme y grata sorpresa.
Está vez nuestra protagonista es Reby, una chica que de la misma forma que Sebastián se transforma en un felino, pero no en un lindo gatito, sino en una gran, intimidante y, por supuesto, carnívora pantera, porque como es de esperarse, es una Gellar e igual que otros miembros de su familia ella está «maldita».
La historia comienza presentándonos el estado de Reby, la forma en la que vive con su condición y cómo trata de averiguar de dónde viene su maldición para lograr cambiarlo porque para ella es conflictivo perder la consciencia y ser una amenaza para todos los que están a su alrededor.
A diferencia del primer libro que estaba más centrado en el romance, la comedia y en soltar detalles esporádicos del trasfondo sin realmente cerrar completamente las incógnitas al final, este libro va un poco más allá de eso.
“Te quiero, pero voy a matarte” se centra en su búsqueda de respuestas, en saber cómo detenerlo y cambiarlo, encontrándose con constantes callejones sin salida en el proceso, y también con problemas provocados por su instinto; y para mi grata sorpresa esta tienen un romance mejor estructurado entre los personajes encontrándose también mucho mejor construidos, e incluso Ginger y Sebastián se sienten con rasgos más maduros, que sí, el tiempo pasó para ellos, pero aun así es una mejoría notable al primer libro.
Los problemas a los que se enfrentan son más verosímiles, sigue siendo fantasía, pero son creíbles dentro de la lógica de la obra, o al menos la mayoría de ellos y la resolución, otorgando respuestas a incógnitas también empleadas en el primer libro. La lucha de Reby contra sí misma, contra los demás y contra su deseo de cambiar esta marcada a lo largo del libro, porque para Reby su situación cambiante puede volverse una encrucijada de vida o muerte.
Lo agradable de esto es que el desarrollo de la historia ocurre sin dejar de lado el aire cómico y liviano del primer libro, y te mantiene leyendo para acompañar a Reby en cada paso que da.
«Te quiero, pero voy a matarte» no es lo mismo que su antecesor porque te ofrece más, tiene personajes memorables incluyendo los del primer libro que tuvieron un cambio beneficioso, mejores descripciones y sentimientos vividos, simplemente mucho mejor.
Tiene sus peros que variarán dependiendo de cada uno, pero definitivamente lo disfrute mucho. Es una lectura perfecta para quienes deseen incursionar en una pequeña historia con la dosis justa de misterio y romance, eso sí, no sin antes leer Lo que todo gato quiere.
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[…] no solo porque para gustos hay infinidad de colores. Como mencioné también en la reseña de: Te quiero, pero voy a matarte, soy fiel creyente de que los libros o sus autores no deben compararse con otros, más que con […]